A veces, nos extrañamos de la cantidad de cosas que caben en nuestras mentes. Somos capaces, absolutamente, de todo. Arrepentirnos de algo no es malo, nos ayuda a no volver a cometer esos errores-a no ser que quieras tropezar más de una vez con la misma piedra-. Yo tropecé muchas más veces de lo que todos pensamos, algunas sin darme yo cuenta. Quería tropezarme, como digo siempre, era una meta. Los amigos puede que sea lo que mejor tienes, lo que más dura, lo que más apoyo da; que cuándo te pasa algo, ellos siempre están ahí. Pero a parte de tus amigos, siempre te falta ese "algo" que todos sabemos y queremos, algo que se convierte en una necesidad, algo que queremos poseer, algo que queramos que solo sea nuestro... y es el corazón de otra persona. Yo no sé si poseo ese corazón, no sé si poseo la felicidad que quiero tener a mi alrededor. Yo poseo el don de hacerme feliz con lo más pobre que tenga. Perder algo hace valorar, aún más, lo que posees. Yo ya lo valoro lo que poseo, incluso pienso durante todo el dia en mi felicidad y en lo que poseo y necesito.
Haz siempre lo que tengas que hacer aún sin tener la certeza de hacerlo correctamente...Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo, no hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos sino de todos. Y al dejar de brillar nuestra propia luz, inconscientemente damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros.
[...]que bajen todos los pasajeros, mi locomotora no la podía controlar, ahora ya no es mía, se llevaron mi locomotora, lo indispensable para hacer funcionar el tren con cada uno de los vagones en los que habían amigos de verdad, compañeros, gente que apareció así porque sí en él, recuerdos, familia, personas que me han enseñado, más que nada, en general, personas que han colaborado a que esa locomotora funcione, es decir, en un tiempo pasado, mi locomotora hacía tiempo que ya no la controlaba del todo yo, mi locomotora no se ha parado, se la han llevado junto a mis vagones, mis recuerdos, todo.
grácias a esas personas que han estadoen los primeros vagones, los que han luchadopor estar en las primeras filas, cueste lo que cueste.
Amantes y tan distantes. Extraño. Tan vulgar, tan insolente. Es, por eso, una situación benévola. No verte sin verte. Borrar recuerdos. Todos nos utilizamos a todos como segundo plato, aunque no debería ser así, es comprensible creo yo. Rábia, venganza, derecho, descomprensión, desconfianza, engaño, amor, lío, capricho, ganas, olvido... No se es consciente de nada.
Sintiéndolo con mucho cariño, desprecio, bondad, desconfianza, timidez, intimidad, orgullo,... saciando todo lo que tengo y lo que no. Abriendo los ojos, volviéndolos a cerrar de nuevo. Si, ¿rara? no, rara no, normal. Diferente, nada en especial. Con cada lágrima que cae sobre mi rostro recaído, es un te quiero para cada una de las personas a las que de verdad me quieren, les importo. En cambio, cuando suelto una sonrisa verdadera, les plazco; agradezco al que ha conseguido lo que quería (que yo sonriera); el que ha hecho que yo saque esa tímida sonrisa, digamos que no le ha costado poco, pero tampoco mucho porque me conoce y sabe como hacerlo. Ahora mismo no me salen lágrimas, tampoco sonrisas verdaderas. En el paseo de los tristes la Luna afirma que es dolor de amor, es fruto de una maldición. Y al alba volvía a amar. Por fín se estremeció, yo lo conseguí... pero y ahora ¿dónde estás?, volveré a caer! Prozac, quetanmina. Y desde entonces me acompaña una estrella que desdel cielo cuida de mi. Es igual, es mejor dejarme marchar. ¿Dónde está? Devuélvemelo!
Cuando la realidad supera al sueño, ya no piensas más, sin querer, ya has tenido otro sueño. Ahora toca volver a empezar.
No es que haya textos para cada situación de mi vida por pura casualidad, porque la casualidad no existe; sino que yo hago mis textos relativamente a mis situaciones, a mi vida.
