Mi mirada se desorientó después de que todos los sentimientos recorrieran mi cuerpo. Un cálido roce de labios al final y querer comenzar de cero, como si las horas, antes, nos las hubiésemos comido a besos.
Y después de dormir sobre tu pecho, al despertar, bostezar y verte. Verte y sorprenderme por encontrarte tan cerca mío. Abrazarte con tanta fuerza y tener sólo un significado: quererte como nunca.
Cada vez que pienso y recuerdo momentos contigo, siento una cosa que sube y baja dentro de mí.
No recuerdo que hayamos estado mal alguna vez y no olvido sentirme tan bien contigo. Tengo muy en cuenta esos pequeños detalles que acaban de llenar la vida que hemos inventado, diferente a la que vivíamos hace unos tres meses.